Lyra/Vega

Lyra es una constelación en el cielo celeste del norte. Se conoce desde la antigüedad porque es una de las 48 constelaciones antiguas descritas por el astrónomo romano Claudio Ptolomeo. También es una de las 88 constelaciones de la astronomía moderna. Limita con las constelaciones Draco, Hércules, Cisnes y Zorros. En orden de tamaño, es 52. A pesar de su tamaño más pequeño, es fácilmente reconocible en el cielo, gracias a la estrella más brillante llamada Vega, que también es la quinta estrella más brillante en el cielo nocturno. Ni Vega ni Lyra son circumpolares en la República Checa.

Vega es una estrella típica de la secuencia principal. Es la estrella más brillante de la constelación de Lyra, que también es la quinta estrella más brillante del cielo nocturno.

Junto con las estrellas más brillantes, Vega forma las constelaciones Swan y Eagle, el llamado triángulo de verano. Gracias a la precesión del eje de la Tierra, alrededor del año 14.000 se acercará al Polo Norte Celeste y así reemplazará a la Polaris actual con fines de orientación.

Debido a que su tamaño estelar es cercano a los 0 m, se usó en el siglo XVIII como estrella de calibración para ajustar la escala de tamaños estelares, lo que ya no es el caso en la actualidad. Sin embargo, debido a que tiene un espectro muy plano en el campo de la radiación visible e infrarroja cercana, sigue siendo el estándar para determinar el llamado índice de color en el sistema UBVGRI, donde todas las diferencias se establecen en cero.

Vega es una estrella relativamente joven cuando tiene alrededor de 300 millones de años. Se sabe desde hace mucho tiempo que está rodeado por un disco protoplanetario. En 2003, los astrónomos británicos calcularon que las propiedades del disco protoplanetario podrían explicarse mejor con un planeta similar a Neptuno. Un disco protoplanetario es una nube plana de polvo y gas en el espacio que gira alrededor de una estrella emergente o alrededor de una estrella que se acaba de formar. En el transcurso de millones de años, las pequeñas partículas en el disco comienzan a agruparse gradualmente y a chocar entre sí, lo que lleva a la formación de cuerpos más pequeños que actúan unos sobre otros por una gravedad cada vez más fuerte, el llamado planetesimal. A partir de ellos, los protoplanetas y luego sus propios planetas se forman por colisiones.

El disco protoplanetario probablemente formó el sistema solar hace más de 4.600 millones de años.